17.10.06

Cosas de niños.

Este fin de semana largo estuve más tiempo con mis hijos de lo habitual, en parte para aliviarla a su madre como parte de mi regalo en su día y redescubrí muchas cosas de mi infancia.
Lo primero es lo distinto que se ve el mundo desde allá abajo, desde donde todo parece gigantesco e inalcanzable, y ser alzados en brazos brinda una perspectiva única, como la que se siente al mirar desde arriba de un edificio o una montaña.
Cualquier cosa puede implicar toda una aventura o descubrimiento, como el abrir los cajones de la cocina de la abuela y encontrar artefactos cuyo uso se desconoce y pueden usarse para jugar a lo que sea, desde tecnología futurista hasta un tesoro pirata. Eso todavía resiste a la Tele y la Compu.
Cualquier cosa es digna de admiración si se le presta suficiente atención o durante el suficiente tiempo.
Un montón de arena, unas cajas de cartón, unos palos, una pelota y un perro son los mejores juguetes que se pueden tener (aunque te pidan la última Barbie o la Play Sation24, no pueden resistirse a ellos).
Nada, pero absolutamente nada se compara al agua a la hora de pasarla bien, ya sea para bañarse, saltar en los charcos o jugar con barro.
Las peleas entre amigos y/o primos solo sirven para reforzar los vínculos, ya que duran mucho menos que las nuestras y no son lo más importante. Lo principal es divertirse.
Se pueden hacer nuevas y buenas amistades con solo acercarse al otro e invitarlo a participar.
¿Cuándo lo re-aprenderemos nosotros?

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8 Tuvieron algo que decir:

Blogger Araña Patagonica también estuvo divagando

Cierto que cuando uno para de su propia vorágine, suele apreciar todo ese tipo de cosas que pasamos en la infancia y que ahora trata, en lo posible, de que sus hijos repitan.
Cuando leí "un montón de arena" recordé mis fines de semana que pasaba en el pueblo donde nació mi viejo y me subía a las montañas de piedritas que habia en una cantera o a los silos llenos vaya a saber de que grano (soja seguramente no era..).
Los mejores juegos, indiscutiblemente, son los que nos brinda la naturaleza. No los que cuestan mucho dinero y les venden a los chicos por tv.
Ni que hablar de la rayuela, ladrón y poli, el elástico.. cosas que ya, supongo, han desaparecido.
Bueno, me fui a la m****a con el comment, pero me dio como nostalgia.. vio???

7:17 p. m.  
Anonymous Anónimo también estuvo divagando

Totalmente de acuerdo, estimado.
Siempre que puedo (que ultimamente no es lo suficiente) me siento con mis niños y trato de bajar a su altura, desde la que se ve todo nuevo y fresco. Es una tarea difícil (el poder abstraerse de usar esa mente adulta demasiado coherente y llena de prejuicios), pero cuando te empezas a divertir como ellos, es una señal de que lo has logrado.
Y nada mejor que el barro y el agua para lograrlo!!!
Una abrazo grande! Me encanto el post

7:57 p. m.  
Blogger Pesimista Necesario también estuvo divagando

No lo podemos re-aprender porque nunca lo aprendimos. Sólo lo disfrutábamos sin saber de qué se trataba. Hoy, está olvidado.

11:24 a. m.  
Blogger Hurricane también estuvo divagando

Ahora ya no tanto, pero hasta hace un tiempito las niñas usaban mis Topo Gigios. Ya tienen como 35 años los muñecos esos.

2:28 p. m.  
Blogger Pitoti2 también estuvo divagando

ARAÑA: Por desgracia la ciudad nos mete dentro de casa, coartando esa libertad que teníamos de chicos, pero nunca es tarde para salir con ellos y dejarnos llevar.

GER: Entonces aprovechemos este verano para estar más cerca con ellos, y de paso nos sacamos la mufa de todo el año. Voy a tomar mi propio consejo!

PESIMISTA: Creo, al igual que GER, que es solo cuestión de encontrar el momento adecuado y proponérselo.
Es como andar en bici, no creo que te puedas olvidar como gozar de cosas sencillas.

CP: Es cierto, uno no pierde su autoritarismo, pero es parte del juego el ceder por un rato ese espacio de poder y ver que pasa.

HURRICANE: no me diga que son esos de goma que se le giraba la cabeza.
Recuerdo haber tenido uno de esos y hasta rememoro la sensación de cuando los mordía. Uhh! que lindo recuerdo y que bueno que se lo legó a sus hijas.

4:50 p. m.  
Anonymous Anónimo también estuvo divagando

Amigo, es muy triste ver que una serie de circunstancias limitan o eliminan el placer de jugar con los niños (propios o ajenos), las preocupaciones, el medio inadecuado, el temor al ridículo y muchas otras cosas nos condicionan y alejan de ese necesario contacto que, pienso ilusionado, moderaría la frigidez y crueldad de muchos "juegos" actuales con el candor "pavote" de los nuestros...¿verdad? Un abrazo.

7:28 p. m.  
Blogger Gustavo López también estuvo divagando

No hay que reaprender nada. Hay que adaptar las cosas que valoran y sienten los chicos en todo caso, sino, con la inocencia y otros caracteres, te llevan puesto en 2 minutos.

10:07 a. m.  
Blogger Pitoti2 también estuvo divagando

PROFE: Eso es lo que descubrí este fin de semana, el placer de poder jugar con, o como, ellos sin inhibiciones y vale la pena.

GUZ: Es totalmente cierto. Una vez que entyrás en su mundo, es muy dificil volver a ser adulto como antes. Algo te cambia dentro y creo que para mejor.

CONEJA: Al principio me imaginé que el nick venía por ese lado, menos mal que aclaró. Te cuento que con varios hijos como tengo ya he tenido el placer de modelar plastilina, pintar con témperas, y jugar con muñecos, pero la diferencia la marcó el integrarme en sus juegos, ya no como papá o maestro, sino como uno más, o sea que me pude sacar la careta por un rato, y fue maravilloso.

3:56 p. m.  

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