¡Me cago en el SMN!
De antemano les pido perdón, pero me voy a tomar la licencia de despotricar contra la madre naturaleza.
Para introducirlos en tema, debo contarles que este fin de semana, el sábado para ser más exacto, fue la Primera Comunión de la mayor de mis hijas. Lo correcto hubiera sido decir que lo celebramos, pero dados los acontecimientos que se sucedieron en un lapso de algunas horas, no puede decirse ello.
Para empezar, dada la importancia que para mi familia tiene este tipo de acontecimientos, tratamos de palnificar las cosas para que salieran lo mejor posible y no volvernos locos a última hora, por aquellos detalles librados al azar. Por eso, entre otras cosas, nos informamos sobre la climatología del día, siendo el pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional: "Tiempo bueno, desmejorando hacia la tarde, con lluvias aisladas".
Hasta allí todo bien, ya que el día amaneció radiante. Por lo tanto decidimos hacer uso del jardín, que esmeradamente me encargué de arreglar: corté el cesped, podé las plantas, flores y decoré con luces. Esa tarde pusimos las mesas y sillas en el exterior y todo marchaba sobre rieles.
Mientras mi mujer se encargaba de arreglar a los niños, para luego dedicarse a la festejada, me fuí con una de las menores a buscar la torta y noté con cierto descontento que se comenzabanb a vislumbrar nubarrones en el horizonte, pero lejos aún. Sin darle mayor importancia, partí feliz hacia mi destino.
Una vez ahí, por el vidrio del negocio vi las primeras gotas y llamé a casa para avisar que, provisoriamente, guardaran las cosas del patio que pudieran dañarse con la lluvia. Para cuando me entregaron la torta, el aguacero era espeluznante.
Acostumbrados como estamos a las tormentas en esta época de año, me dije que no era para preocuparse, serían unos minutos de chaparrones y luego secaríamos todo y vuelta a disfutar el jardín. ¡Cuán equivocado estaba! No solo no se cumplió mi pronóstico sino que la intensidad del agua caída aumentaba con el paso del tiempo, comenzando a anegarse las calles.
Como pude bajé a la niña y a la torta, evitando que ambas se empaparan, en obvio detrimento de mi propia sequedad. Ya en casa, y viendo que el clima no cedía, cambiamos los planes y nos aprestamos a organizar la casa para recibir a amigos y parientes. En medio de la batahola entre niños a medio bañar, platos, vasos, bocaditos, etc, se corta la luz. Gran apagón.
A estas alturas, casi al borde de una crisis de nervios, iluminamos la casa al mejor estilo siglo 19 e intentamos proseguir con las tareas imprescindibles, como terminar de arreglar a la prole y ver si los adultos podíamos vernos decentes. Como todo esto retrasó la planificación original, estabamos muy cerca de la hora de salida, cuando la lluvia, que jamás cesó de caer, comenzó a arreciar. Luego de esperar un rato, sin percibir una mengua en el aguacero, pergeñamos un sistema de pasamanos con elementos impermeables y toallas para subirnos al vehículo y ver que haríamos al llegar a la Iglesia. Como supondrán a estas alturas, salvo los más chicos, los demás terminamos bastante mojados, pero en camino al fin.
Antes de arribar al lugar de la celebración, ya se veía el caos del tránsito, ni hablar que en el lugar aún no habían salido los del turno anterior (a causa de la lluvia, obviamente) por lo que la situación pasó de caótica a apocalíptica.
Luego de dar varias vueltas hasta conseguir un lugar donde arrimar la camioneta, ya que la calle era una versión a escala del Mar Rojo, fraqueable solo mediante un milagro. Así, una vez cerca, descendió la familia en medio del chubasco, forcejeando por entrar con gente que inexplicablemente esperaba que cesara la lluvia en la mismísima puerta del Templo, o sea, cagándose en quienes veníamos de la calle. Luego de estacionar a unas dos cuadras me saqué los zapatos, arremangué los pantalones y emprendí el camino.
Cual sería mi sorpresa cuando al ingresar y ubicar a mi familia en un marea de gente, me dicen que debido al apuro al salir, nos habíamos olvidado la cámara de fotos y otros menesteres. Rehaciendo el trayecto y no sin ir murmurando maldiciones por lo bajo, cumplí valiente y sacrificadamente mi objetivo, retornando justo a tiempo para enterarme que me habían seleccionado para realizar las lecturas, y a esas alturas me veía como un perro mojado.
Salvando algunos detalles, el resto siguió sin mayores inconvenientes, aunque la lluvia persistió hasta avanzada la noche. Y pensé: Lluvias aisladas ¡Já! Si, pero aisladas arriba mío.
Hoy estoy con tos, fiebre e injuriando a los pronosticadores del clima.
Etiquetas: En la edad de los porque
8 Tuvieron algo que decir:
upa!!!!
cuanto lo lamento amigo "perro mojado"...
Digno de una pelicula cómica, aunque de cómico para vos no debe haber tenido absolutamente nada.
Aquí estuvo igual. Pero no tuvimos celebración alguna. Solo guardados en casa.
Y hoy: día espectacular!
Besos y arriba el ánimo que tu hija no se olvida nunca más de su comunión
Besos
Con respecto a la veleidades del tiempo, bueno es recordar que los pronósticos son como "adivinanzas" y muchas veces sólo expresiones de buenos o males deseos...el pronóstico no determina el tiempo..cierto que hay "conocedores baqueanos" que generalmente aciertan, pero ni aún los más sofisticados y modernos aparatos "le pegan" 100%. Cuando les escucho hablar con tanta seguridad me viene a la memoria ese personaje (un rey) de "El Principito" que decía que podía "ordenar" que se realice una puesta de sol, sólo tenía que esperar que sea el momento oportuno....¿recuerdas? Bueno... si estabas en esos especiales afanes debías recordar también eso de: "éste es el día que hizo el Señor..." ayuda....y ¡mucho! Un abrazo.
Dear Pitoti... rain is only suitable when talking about bed and a handsome man like mine... Church is hell, so don't believe in God... Not even in the SMN!
rabbitian regards
ARAÑA: No me cabe la menor duda que ese será un día memorable, para todos, pero espero que en particular para mi hija lo sea de manera inspiradora.
CP: ¡Nunca lo hago! El tema es que me confié en lo que aparentaba y he ahí mi error.
PROFE: Tal como lo expresa, algo referente a su última frase debe haber de cierto. Por ahi le daba más importancia al rito que al contenido.
RABBIT: I agree completely with your first appreciation. A rainy afternoon is such an exciting experience, with the right company.
Las cosas que hace el de moño pa que la gente no comulgue..., desdacreditar así al SMN...
Peor le va a Tom Cruise, no se queje... su religión, por lo menos, es de las verdaderas, Don Pitoti2.
Qué bajón! Lamentablemente, no se puede confiar en el SNM ni en el clima en sí...
GUZ: Me parece que para desacreditarlo al SMN no hace falta que el coludo meta la ídem. Ellos se las arreglan muy bien solitos.
MANTIS: Según decía mi abuela, si llueve en algún evento importante o trascendental, es signo de buena suerte. Por lo que siempre una sensación ambigua aal respecto. Si no fuera por el resfrío que tengo, casi, casi que lo creería.
MAGIC: Es cierto ya no se puede creer en nadies. ¿Será por eso que lo rajaron al Jefe de la Fuerza Aérea?
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