31.10.06

De príncipes, caballos y pastillas de freno

Accediendo a algunas demandas respecto al tema de las parejas, es que les traigo este relato, que no es de mi autoría, pero que consta con aportes propios.
Aunque las mujeres estén en contra de esta afirmación, es fácil entablar una relación duradera con un ser de sexo masculino, siempre que este sea un perro labrador o un gato siamés. Con los humanos es otra historia.
Vamos a analizar una situación hipotética en que él, "R", conoce a una bella mujer, "C", a quién invita a tomar un café. Ella acepta y la pasan muy bien, luego R la invita a cenar y de nuevo se divierten mucho. Siguen saliendo con frecuencia y al cabo de unas cuantas semanas, cuando R lleva a C a su casa, ella se da cuenta de algo y se lo dice a R:
-"¿Sabés que llevamos exactamente cuatro meses saliendo?"
No hay respuesta. A C ese silencio le resulta muy elocuente y piensa: Espero que no le haya molestado lo que le dije. En una de esas se siente abrumado por la relación, o crea que lo estoy presionando para que formalicemos.
Por su parte R piensa: Uaaauuu! cuatro meses...
Y C reflexiona: Pero... yo tampoco estoy segura de querer este tipo de relación ¿Qué nos espera? ¿Matrimonio? ¡Hijos! ¿Una vida entera juntos? No estoy lista para este tipo de compromisos ¿O si? ¿Realmente conozco a esta persona?
Y R cavila: O sea que fue... a ver... febrero cuando empezamos a salir, justo cuando llevé el auto a hacer el service, lo que significa que... ¡Uhh! ¡La p**a, se me pasó la fecha del cambio de aceite!
Y C medita: Esta molesto. Se le ve en la cara. Pero por ahí estoy interpretando mal las señales. En una de esas él quiere algo más de la relación... más intimidad, más compromiso. Seguro que sabe de mis dudas. ¡Si, es eso, tiene miedo que yo lo rechace!
Y R se dice: Le voy a hacer cambiar las pastillas, siguen chillando de nuevo. Y más vale que no me vengan conque se tiene que asentar, ya llevan 500 km ¡Y les pagué como $300 a esos delincuentes!
Y C sigue pensando: Está enojado y con toda razón. En el lugar de èl yo también lo estaría. Me siento tan culpable por hacerle esto, pero no puedo evitarlo. Es que todavía no se que quiero.
Y R reflexiona: Seguro que me van a decir que la garantía era de 90 días ¡Seguro!
Y C medita: Es que soy una idealista esperando el príncipe azul en su caballo blanco, mientras tengo a un hombre bueno que sufre por mis chiquilinadas y egoismo.
-"R, soy una tonta"- dice C, en voz alta.
-"¿Qué?"-responde R.
-"Es que se que no existen los príncipes ni los caballos".
-"¿No hay caballos?".
-"Seguro pensas que soy una tonta ¿No?".
-"¡Noo!"- responde él feliz de haber contestado correctamente.
-"Es solo que... necesito tiempo"- explica C.
Se hace una incómoda pausa de 15 segundos mientras R busca desesperadamente una respuesta satisfactoria.
-"Si"- alcanza a balbucear.
C, conmovida por esa ternura, le acaricia suavemente la mano.
-"¿De verdad creés que está bien?".
-"¿Qué está bien que?"
-"Esperar un poco".
-"¡Ah! Si, claro".
C lo mira directo a los ojos, cosa que pone bastante nervioso a R, porque no tiene idea con que le va a salir ahora. Lo que más teme es que le vuelva a sacar el tema de los caballos.
Por fin ella concluye:
-"Gracias".
-"Gracias a vos"- contesta él.
Luego la lleva hasta su casa. C, con el alma torturada por el conflicto, se pasa toda la noche llorando.
Mientras R vuelve a su casa, saca una pizza fría de la heladera, enciende el televisor e inmediatamente se enfrasca en la retransmisión del partido entre dos equipos de la liga de ascenso Azerbaijana, de los que jamás escucho ni hablar. Una vocecita interior le dice que algo muy importante sucedió hace rato en el auto, pero decide que es mejor no pensar en eso.
Al otro día C llama a su mejor amiga por teléfono y se pasan hablando dos horas ininterrumpidamente. Analizan con exhaustivo detalle todo lo que ella dijo y todo lo que él dijo. Seguirán desmenuzando el asunto por varias semanas y aunque nunca llegarán a una conclusión, tampoco se cansarán del tema.
Entre tanto R va a jugar un picadito con un amigo mutuo y antes que empiecen a jugar le pregunta:
-"¡Che! ¿Alguna vez C tuvo un caballo?".

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27.10.06

¡Hola! Le llamamos de... Tuuu...Tuuuu..

La semana pasada me llenaron las p...aciencias con las llamaditas de los Call Centres (o Centers, si sos pro-yankee) tratando de enchufarme desde una banda ancha que no necesito, seguros que no me interesan o chucherías inverosímiles.
Asi que me puse a investigar métodos de rechazo más eficaces que el simple y remanido putearlo al pobre semiesclavo de turno o colgarle abruptamente.
Reconozco que me inspiró el post de MI amiga, la Arañita, el cual se limitaba a las Telefónicas, con lo cual lo hago extensivo a cualquier otra actividad de ventas por teléfono.

1. Si el vendedor empieza diciendo: "¿Cómo esta usted?", responda: "Que bueno que me lo pregunta, porque últimamente a nadie le importa lo que me pasa. Estoy peor de la depresión, tengo un dolor en la cintura que me mata, la infección vaginal/peneana que no puedo curar hace un año parece haberse empeorado y a mi perro, que era mi única compañia, lo atropelló un colectivo ayer..." y así durante una media hora o más si fuera necesario.

2. Cuando el vendedor se identifique pídale que repita su nombre y el de la empresa y luego, que se los deletree. A continuación exíjale que le diga donde se ubica la empresa y por último que le repita todo para confirmar si lo tiene bien escrito. Si presiste en su actividad, realice estos pasos con cualquier nombre o denominación que mencione.

3. Si el vendedor es de sexo opuesto, luego de escuchar todos los argumentos de venta hasta el final, propóngale una salida, para conocerse. Después del profundo e inevitable silencio, simplemente le explica que jamás le daría sus datos a un desconocido. Este plan tiene beneficios adicionales obvios.

4. En cuanto la persona empiece a hablar, grite con toda la potencia de su voz y en un tono de contralto "¡¡¡NOOO!!! , ¡¡¡OHHHHH!!! , ¡¡¡POORRRR DIIIOOOOOOSSSSSS!!! y dejando el teléfono descolgado comience a patear ollas, golpear sartenes y emitir alaridos entre terror y dolor. Trate de contener las carcajadas al imaginar la cara aterrada del vendedor, porque se pierde el efecto.

5. Dígale al vendedor que en ese momento está muy ocupado. Pídale que le de un número de la empresa donde pueda llamarlo y si este le dice que la empresa prohibe eso, solicítele el número de telefono de su casa o su celular, para devolverle la llamada a las 3 de la madrugada, para cuando se desocupe.

Si con esto no pone fin a las llamadas, solo resta intrepretar a Michael Douglas en "Un día de furia".

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24.10.06

¡Plop!

El fin de semana alcanzo a escuchar una conversación entre mi hijo mayor, adolescente él, y mi esposa, donde palabras más palabras menos, le planteaba a su madre que con su metro ochenta (tiene 13 años el bebé) se veía desgarbado, que la nariz era muy prominente y su delgadez, producto del bruto estirón que se pegó, le valían varios apodos y ser poco atractivo a las niñas.
Como padre comprensivo que soy, me inmiscuí en la charla e intentando consolar al desolado púber, le dije que con el tiempo y la práctica de algún deporte, el físico se le iba a ir formando, que los rasgos a esa edad suelen ser algo toscos, pero que se estilizan y hasta suelen ser distingos de la masculinidad y cosas por el estilo que lo iban a hacer más llamativo para las chicas, a lo que él me contesta:

-"Si, seguro que a vos también te dijeron lo mismo..."

Pendorcho de mierda...

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Definitivamente


Uno está irremediablemente viejo cuando el medico le aconseja: "Descanse" y uno entiende "es cáncer".
Le dice: "Coma mucho" y uno escucha "compre un nicho".
Le prescribe: "Fume menos" y uno oye "uno menos"...

Extraído de la revista Selecciones, septiembre 1998.

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22.10.06

"Citas citables"

Si amas a alguien, déjalo ir:
Si vuelve, es tuyo.
Si no lo hace, nunca lo fué.
Si está tirado en un sillón, mirando televisión y comiendo cualquier cosa y no se dá cuenta que lo dejaste ir, es tu hijo adoslescente.

La inteligencia es como la ropa interior, solo debe mostrarse en los momentos adecuados.

No existe nada más subjetivo que el concepto de la urgencia.

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19.10.06

Vieron, ¡Se los dije!... ¡¡¡Se viene el Armagedón!!!


Y no es como todos pensábamos, con meteoritos cayendo en órbitas elípticas hacia la Tierra, ni en forma de Huracanes, tifones o tornados. Mucho menos de terremotos u otros cataclismos.
¡¡¡SE VIENE EL ATAQUE DE LAS RAYAS ASESINAS!!!!
Y si no me creen miren lo que publica INFOBAE

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17.10.06

Cosas de niños.

Este fin de semana largo estuve más tiempo con mis hijos de lo habitual, en parte para aliviarla a su madre como parte de mi regalo en su día y redescubrí muchas cosas de mi infancia.
Lo primero es lo distinto que se ve el mundo desde allá abajo, desde donde todo parece gigantesco e inalcanzable, y ser alzados en brazos brinda una perspectiva única, como la que se siente al mirar desde arriba de un edificio o una montaña.
Cualquier cosa puede implicar toda una aventura o descubrimiento, como el abrir los cajones de la cocina de la abuela y encontrar artefactos cuyo uso se desconoce y pueden usarse para jugar a lo que sea, desde tecnología futurista hasta un tesoro pirata. Eso todavía resiste a la Tele y la Compu.
Cualquier cosa es digna de admiración si se le presta suficiente atención o durante el suficiente tiempo.
Un montón de arena, unas cajas de cartón, unos palos, una pelota y un perro son los mejores juguetes que se pueden tener (aunque te pidan la última Barbie o la Play Sation24, no pueden resistirse a ellos).
Nada, pero absolutamente nada se compara al agua a la hora de pasarla bien, ya sea para bañarse, saltar en los charcos o jugar con barro.
Las peleas entre amigos y/o primos solo sirven para reforzar los vínculos, ya que duran mucho menos que las nuestras y no son lo más importante. Lo principal es divertirse.
Se pueden hacer nuevas y buenas amistades con solo acercarse al otro e invitarlo a participar.
¿Cuándo lo re-aprenderemos nosotros?

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13.10.06

La historia sin fin

Se levanta, como todos los días en los últimos años, muy temprano por la mañana, arrastrando algo del cansancio de ayer que esas pocas horas dormidas no alcanzaron a reparar. En parte es por aquellas noches que no pudo dormir bien, yendo y viniendo, hasta que el agotamiento pudo más.

Pone el agua a calentar, mientras va al baño, en esos pocos minutos de calma del amanecer. Solo se oye el ruido de los pichones reclamando su primer comida del día, mientras esa claridad anaranjada comienza a iluminar las cosas, haciéndolas aparecer como aún salidas del sueño. Se prende el primer pucho, a sabiendas que es el peor, pero se dice a sí que es el que le da fuerzas para arrancar.

Ya se siente el silbido del agua hirviendo, por lo que sale del letargo y vuelve a la cocina a preparar el café. El aroma tan particular no deja de sorprender sus sentidos, creando un instante efímero de placer profundo. Mientras lo va sirviendo, piensa una y otra vez que distintas podrían ser las cosas si no hubiera tomado esa decisión aquel día, si no hubiese aceptado. No es arrepentimiento, sino duda de no saber. Igual, a su modo es feliz y las cosas no son tan malas después de todo. Al fin y al cabo, los tiene a ellos...




-“¡¡¡Mi, amoooorrr!!... ¡¡¡Chiiiiicoooosssss!!! ¡Vaaamoooossss!, a levantarse que ya está el desayuuunoooo…”.

¡FELIZ DÍA MAMI!

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11.10.06

Estados cuánticos

Ante todo les pido disculpas por la baja calidad de los últimos post. He andado con mucho trabajo y desatendiendo las cosas importantes, por lo que ha ido poniendo algunas pavadas como para figurar.
Pero yendo al tema que nos compete, debido a que he pasado muchas de las últimas horas viajando, me he dado el lujo de pensar y descubrí con gran sorpresas que el paso del tiempo se refleja en la persona en forma de escalones, con todo el rigor de la física cuántica, al contrario de lo que se supone que es un proceso contínuo.
Y a las pruebas me remito. A los pocos meses de casarme, me di cuenta de repente que tenía una barriga prominente, la cual debe haber aparecido de un día para otro, porque no la había notado con anterioridad.
Otro tanto me sucedió con la caida del pelo, al descubrir cierto día que un compañero de trabajo me llamó pelado. Cual sería mi sorpresa al descubrir que en donde hasta el día anterior había una frondosa cabellera. ahora aparecía un vacío similar a la tonsura de Christian Slater en "El nombre de la Rosa".
Ni que hablar de las canas, que hace unos meses han asomado, así, de improviso entre los vellos de la barba, como habiéndose refugiado entre ellos, siendo descubiertos en una operación de rebaje de la misma.
Lo de los pelos en la oreja fue tema de otra entrada, pero comparte las mismas características de aparición estocástica.
En realidad lo pasado ya lo he asumido, más o menos bien, mi duda es: ¿Qué vendrá ahora, la osteoporosis, la andropausia? Y peor aún, ¿Cuándo?
¡Heissemberg, tirame una soga!

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10.10.06

Maestro de música

Disfrutenlón.


6.10.06

La oruga y la zorra

Un día se trataba del gusano,
artífice ingenioso de la seda,
y todos ponderaban su trabajo.
Para muestra presentan un capullo;
examínanle, crecen los aplausos;
y aún el topo, con todo que es un ciego,
confesó que el capullo es un milagro.
Desde un rincón,
la oruga murmuraba
en ofensivos términos, llamando
la labor admirable, friolera,
y a sus elogiadores, mentecatos.
Preguntábanse, pues, unos a otros;
"¿Por qué este misaerable gusarapo
el único ha de ser que vitupere
lo que todos acordes alabamos?".
Saltó la zorra y dijo: "¡Pese a mi alma!
el motivo no puede estar más claro.
¿No sabéis compañeros, que la oruga
también labra capullos, aunque malos?
¡Laboriosos ingenios perseguidos!
¿Queréis un buen consejo?
Pues, cuidado:
Cuando os provoquen ciertos envidiosos,
no hagais más que contarles este caso".


Tomás de Iriarte

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4.10.06

Si jefe, me queda clarísimo

Debido a una experiencia laboral reciente y a modo de protesta a la japonesa, publico este post. Son un par de chistes, seleccionados de los miles que me llegan por mail, pero dedicado de todo corazón a todos los laburantes, pero en especial a MAURUS.

Una empresa entendió que había llegado el momento de cambiar el estilo de gestión y contrató un nuevo gerente general. El nuevo gerente vino con la determinación de hacer cambios y hacer la empresa más productiva.

El primer día, acompañado por sus principales colaboradores, hizo una inspección en la empresa. En la planta todos estaban trabajando, pero un muchacho estaba recostado contra la pared con las manos en los bolsillos. Viendo una buena oportunidad para dejar bien clara su filosofía de trabajo, el nuevo gerente le preguntó al joven:

-¿Cuánto gana usted por mes?

-Cuatrocientos Pesos señor, ¿por qué? - respondió el muchacho sin saber de qué se trataba.
El gerente sacó 400$ del bolsillo y se los entregó al joven, diciendo:

-Aquí está el sueldo de este mes. Ahora desaparezca y ¡no vuelva nunca más!

El joven guardó el dinero y se fue, de acuerdo a las órdenes recibidas.

El gerente entonces, orgulloso, pregunta a un grupo de operarios:

-¿Alguno de ustedes puede decirme qué hacía ese joven?

- Si, señor - respondieron atónitos los operarios - Vino a entregar una pizza...

Un cierto día viene un hombre caminando por la vera de una ruta y de repente, frente a sus ojos desciende un globo aerostático, en el que iba otro caballero.

Este último le dice al primero:

- “Buenos días. ¿Me podría decir donde estoy?”

- “Si, por supuesto”, contesta el aludido “Usted se encuentra en un globo aerostático, flotado como a unos 10 metros del suelo, sobre una la ruta 256 en el kilómetro 127,2”.

El hombre del globo se queda pensando un rato y vuelve a dirigirse al hombre en tierra:

- “Si me disculpa, ¿Le puedo hacer una pregunta personal?”

- “No hay problemas”, le responde este.

- “Usted debe ser ingeniero,¡No es cierto?”

- “Tiene razón, ¿Cómo lo supo?”

- “Porque a una simple pregunta, usted me responde con un montón de datos, todos ellos correctos, pero no me aclaran mi posición ni la forma de llegar a donde deseo”

A lo que el hombre interpelado, dice:

- “Pero entonces es usted gerente”.

- “Es cierto”, contesta este último “¿Cómo lo supo?”.

- “Muy fácil. Usted no sabe donde está ni como hacer para llegar a donde quiere y resulta que yo recién llego, le respondo lo que me pregunta y resulta que ya tengo la culpa”.

Finalmente oren todos conmigo:

Señor,

te pido SABIDURÍA, para entender a mi jefe.

Te pido AMOR, para perdonar sus actos.

Te pido PACIENCIA, para soportar sus caprichos y decisiones boludas.

Señor, te pido todo esto,

porque si te pido fuerza, le meto una patada en el orto.

Señor, ayúdame a dar el 100% en mi trabajo,
el 12% el lunes,
el 23% el martes,
el 40% el miércoles,
el 20% el jueves
y el 5% el viernes.

Amen.

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1.10.06

Y comieron perdices...

NOTA: Gracias a la colaboración del lector Sebastián B., quien me ha hecho notar de una manera vehemente, que la presente entrada guarda una gran similitud con un monólogo realizado por el Sr. Dady Brieva, emitido hace algunos días en su programa de televisión con los MIDACHI, por lo que les pido disculpas a quienes se hayan sentido defraudados."
Me acabo de enterar que junto a mi señora esposa, he sido invitado a un casamiento de una amiga de ella, de la cual es la primera vez que registro su existencia.
Ello me retrotrajo a mi última experiencia en situaciones similares, la que no podría adjetivarla de feliz, ni siquiera de neutra, hasta podría atreverme a calificarla de desastroza, pero mejor juzguen ustedes mismos.
Todo empieza en el mismo instante de la recepción de la invitación y de allí parten dos caminos que divergen, ambos con fines completamente inesperados, pero nada venturosos. El primero es con el regalo a llevar: ¿Cuánto gastamos? ¿Que les compramos que sea original, que no sea lámpara ni reloj; que se pueda usar, pero que no sea un juego de café? En fin, ¿Le compramos la plancha nomás?... Discusiones bizantinas interminables, que suelen culminar con la compra de una escultura de autor y forma irreconocibles, que con suerte terminarà sus días como pisapapeles.
El segundo aspecto se centra en la remanida frase: "No tengo qué ponerme".
Idas y vueltas para elegir el vestido que se va a lucir en el evento, ya que no puede haber sido usado antes, porque se van a dar uenta que es el que usé en la fiesta de Menganita, a pesar que dudo seriamente que en esa celebración encontremos a alguien con mayor relación que haberlo cruzado por la calle en los últimos tres meses, si solo conocemos (porque ya me "informaron" quíen es) a la novia.
Adquirido el vestido, de cuyo raid de compra solo dejo un atisbo, se inicia el calvario de la selección de los zapatos y accesorios que combinen con él.
Luego de varias semanas y muchos, muchos cientos de pesos (o miles, si cuento los medicamentos para la úlcera y los tranquilizantes), llega la hora del casamiento. Horas antes comienza el ritual de la vestimenta, baños con sales, cremas afirmantes, relajantes, rejuvenecedoras (¡Mirá las patas de gallooo!), etc; mientras un servidor está cortando el pasto.
Faltando 30 minutos para el evento, los ritmos se aceleran y la consabida arenga: "¡Vos todavía ni te empezaste a arreglar!". Ducharse, 5 minutos; afeitarse, 2 minutos; perfume y desodorante, 30 segundos; lavado dental, 30 segundos; mirarse al espejo, meter panza y admirar la musculatura, 10 segundos; vestirse (con el mismo traje de siempre, total es oscuro e idéntico al de los demás asistentes masculinos), con corbata incluida, 8 minutos, repasar el lustre de los zapatos y peinarse, dos minutos 20. Total, sobraron doce minutos y medio.
Ya en el salón de fiesta, luego de la o las ceremonias, nos encontramos sentados a la mesa con un grupo de totales extraños entre si, por lo que deduzco que es la mesa de los "no parientes, no amigos íntimos y/o invitados por compromiso" del lado de la novia.
Charla superficial y sonrisas mantenidas a puro esfuerzo mental, y así se pasa la cena, que por lo menos estuvo aceptable y valió el baño.
Llega el momento del vals y por supuesto la invitaciòn, de nuestra compañera, a que bailemos con la novia, que tan gentilmente nos invitara, a pesar que solo me doy cuenta quién es, por el vestido blanco. Espera al costado de la pista de baile, amague a encarar, "Uhh! disculpe.. Nooo.. pase usted primero". Me imagino que un pariente por la avanzada edad y el alcohol que destila por cada uno de sus poros. Nuevo amague y el primo segundo, con la corbata floja y un traje del padre cuando era flaco y que le queda grande, que se nos mete adelante. Tomamos impulso, es hora o nunca, llegamos a donde se encuentra la novia, pedimos el honor y cuando la tomamos para bailar... Cambia la música... "Voçéeee aaa busó, chidó parchidu chi miii, aaa busó.." Y bué, ya estamos en el baile, bailemos...
Se arma el trencito y justo nos toca delante a esa parienta soltera (si estuviera casada no se hubiera puesta esa minifalda con semejante retaguardia) a la que tomamos por la cintura meneante, mientras que miramos a nuestra media naranja que nos mira desde la mesa con los ojos emitiendo llamaradas y hasta percibimos su rechinar de dientes, mientras la miramos como diciendo "¿Qué querés que le haga?".
Luego de un rato, retornamos a la mesa, con la corbata de vincha, una corneta en la boca y un par de maracas con forma de choclo para invitar a ella a que se una al baile, pero su mirada nos congela en el instante, y su expresión nos anula cualquier argumentación: "¿Querés que vaya allá para que me rompan el vestido, o me lo quemen con un pucho, con lo que TE costó?".
Luego de las tartas, el pernil de cerdo en sanguche y el desayuno, comienza a aclarar y ya se empiezana ir los invitados, mientras los novios siguen enchufados como en una Creamfields. (Antes nos ìbamso tempranos para pegarnos bruta revolcada en la noche de bodas, por primera vez sin que sea a escondidas de los padres, pero ahora no hace falta).
Ella nos agarra del brazo y nos susurra al oido: "Es la última vez que te traigo a una fiesta de mis amigas, para que me hagas pasar estos papelones".

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